El Monstruo de la Supervigilancia, la TI - Parte 2
- Amorc Guatemala
- 12 may
- 2 Min. de lectura

La alarma suscitada por el monstruo de la supervigilancia informática encierra una ironía para los místicos. Si los superordenadores “saben más de nosotros que nosotros mismos”, seguramente el verdadero problema es que el individuo no se conoce bien a sí mismo. Si las personas se conocieran mejor a sí mismas, utilizarían más a menudo sus sentidos internos, como la intuición y observarían los trucos que les hace un superordenador, incluso si algo es falso o no.

Otra ironía es que, si en este juego se pusiera a prueba la capacidad de observación interior de las personas, tal vez se desarrollarían sentidos psíquicos más afinados y se conseguiría una mayor resiliencia mental. Los algoritmos de las redes sociales y las aplicaciones de comunicación pueden ser inteligentes, pero ¿lo serán alguna vez lo suficiente como para entrar en nuestra vida anímica y penetrar en los sentidos psíquicos o ser capaces de influir en las dimensiones eternas de nuestra naturaleza divina? Esta pregunta es similar a la de si la tecnología será capaz alguna vez de crear la chispa de la vida.

Las tecnologías en línea que roban la atención de una persona lo hacen recurriendo a sus sentidos externos, objetivos, ligados al espacio y al tiempo. Manipulan la percepción del espacio y el tiempo. Una persona cuya energía emocional se alimenta, como si fuera a través de un cordón umbilical a un teléfono, mientras espera “me gusta” en las redes sociales, está siendo obligada a esperar a propósito por algoritmos mientras sus pensamientos se dispersan intencionadamente a través de varias “pistas” con el fin de dirigirlos a puntos deseados, en lugar de a aquellos lugares a los que de otro modo elegiría ir.
Esta situación es lo opuesto a las formas de pensamiento enfocadas y a la energía emocional dirigida para actividades y habilidades psíquicas de las que tanto aprendemos en la enseñanza Rosacruz. Debería ser posible ver cómo ocurre la manipulación en nuestros niveles físicos, emocionales y mentales del ser. Debería ser posible observar cómo un superordenador utiliza las fases activa y pasiva de nuestra conciencia. Además, la información proporcionada en los dispositivos inteligentes puede afectar a la conciencia cultural de la sociedad, pero no puede afectar a nuestra conciencia innata y verdadera.

Como místicos, podemos consolarnos pensando que nuestra naturaleza divina está libre del ojo que todo lo ve de los superordenadores y está protegida en el ámbito de lo que verdaderamente importa. Sin embargo, al mismo tiempo, los místicos Rosacruces no pueden desentenderse de ayudar en la difícil situación de aquellos que están siendo manipulados.
Publicado originalmente en Liber Lucis: El Libro de la Luz (AMORC, 2023) ®
