Equinoccio de Otoño: Gratitud y cosecha
- Amorc Guatemala

- 22 sept
- 3 Min. de lectura

Hoy, 22 de septiembre de 2025 a las 12:19 p.m., el Sol se coloca en equilibrio perfecto: el día y la noche duran lo mismo. Este instante cósmico es el equinoccio de otoño en el hemisferio norte. Para los pueblos antiguos, era el tiempo de agradecer las cosechas, reunir los frutos de la tierra y comprender que la gratitud convierte nuestras cosechas en abundancia.

En esta misma fecha, los Rosacruces alrededor del mundo celebramos la Ceremonia del Recuerdo, conmemorando la construcción simbólica de la Gran Pirámide y agradeciendo a todos los fratres y sorores que, a lo largo del tiempo, han difundido la luz de AMORC y mantenido viva su llama espiritual. Este acto nos une con nuestra herencia y con el compromiso de continuar transmitiendo sabiduría a las generaciones futuras.
Equilibrio, reflexión y cosecha
El equinoccio de otoño es visto como un momento en que el día y la noche están en balance, lo que invita a la introspección: reflexionar sobre lo que hemos cosechado, lo que debemos soltar y lo que necesitamos agradecer. Es una época para valorar los éxitos, reconocer las lecciones y preparar el corazón para la renovación.

En la naturaleza, el otoño marca el tiempo de recolectar los frutos del verano: granos, manzanas, calabazas, uvas, maíz y otros alimentos. Muchas culturas antiguas celebraban en esta estación fiestas de gratitud, como la vendimia, el Día de Acción de Gracias o los festivales de la cosecha en Europa y Asia.

En lo simbólico, el otoño representa abundancia, madurez y transformación: recoger lo sembrado, valorar lo obtenido y aprender a soltar lo que ya cumplió su ciclo. Se considera una temporada relacionada con la cosecha de frutos morales, mentales y espirituales: reconocer lo recibido, agradecerlo y honrar el pasado para elevar el presente.
Conexión con el equinoccio

El equinoccio también nos recuerda nuestra relación con los ciclos universales. En la tradición rosacruz, es ocasión para fortalecer la armonía con la naturaleza, renovar compromisos personales con el servicio, el desarrollo interior y los ideales de Amor, Verdad y Belleza, en beneficio del bienestar integral del ser humano.
Hemisferios y costumbres
En el hemisferio sur (Argentina, Chile, Uruguay, etc.), el 21 de septiembre marca el inicio de la primavera, lo que explica que allí se haya popularizado regalar flores amarillas como símbolo de florecimiento y nuevos comienzos.
En el hemisferio norte, donde está Guatemala, esta misma fecha corresponde al equinoccio de otoño, mientras que la primavera comienza en marzo. Aquí lo que celebramos es la cosecha, la gratitud y la transformación.
Cabe recordar que los equinoccios y solsticios no caen siempre el día 21. Según el año, pueden variar entre el 19 y el 23 de cada mes debido a la órbita de la Tierra.
¿Flores amarillas de primavera y tal vez anaranjadas de otoño?
Las flores amarillas que se obsequian en esta fecha de equinoccio de primavera en el hemisferio sur, especialmente, no tienen que ser necesariamente un ramo costoso: pueden ser cultivadas, silvestres, un dibujo, una galleta en forma de flor, un pin, un llavero o cualquier detalle cargado de simbolismo.
Y en nuestro contexto, ¿por qué no también una flor anaranjada natural o simbólica, representando el equinoccio de otoño que celebramos en el hemisferio norte? El color anaranjado está asociado con la abundancia, la calidez y la transformación. Simboliza la unión de la energía vital del rojo con la luz del amarillo, evocando vitalidad y equilibrio. Una flor anaranjada es el emblema perfecto del otoño: gratitud por lo recibido, fortaleza para soltar lo que debe partir y confianza en que cada ciclo abre la puerta a un nuevo renacer.
Centro Cultural Rosacruz Guatemala – AMORC"Sabiduría antigua para un mundo moderno"
Los artículos publicados en este blog no representan el pensamiento oficial de la A.M.O.R.C. sino únicamente el de sus autores.




Comentarios